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Ruta por Lower East Side de Nueva York

ruta Lower East Side Nueva York

Hola Molaviajer@s! Cómo estáis? Hoy venimos a traeros una ruta andando por el Lower East Side de Nueva York. Está claro que no es el barrio más turístico de la Gran Manzana pero también tiene sus puntos curiosos. ¿Nos acompañáis al Lower East Side de Manhattan?

¿Dónde se sitúa el Lower East Side en Nueva York?

El Lower East Side es un barrio grande de Manhattan, situado al este del mismo, y comprende la zona que queda entre las calles Houston, Bowery, y la parte del downtown Manhattan que llega hasta el puente de Manhattan. 

¿Cómo llegar hasta este barrio?

Para llegar hasta allí, podéis ir caminando desde alguno de los barrios próximos, o utilizar el bus o el metro. De este transporte, hay varias líneas que os pueden servir según vuestro destino final, como las naranjas B, D, F o M o las marrones J o Z. 

Como siempre os decimos, el consejo general para llegar a cualquier punto, es que calculéis el trayecto en una aplicación tipo Mapas o Google Maps. Tienen información actualizada al momento y os enseñarán la mejor ruta para llegar a vuestro destino o si hay alguna incidencia en los transportes.

¿Merece la pena hacer una visita a LES en un viaje a Nueva York?

Ya sabéis que normalmente ponemos este apartado al final de cada post, cuando os hemos contado todo sobre el mismo, pero hoy vamos a hacer una excepción.

El Lower East Side no tiene una densidad de puntos turísticos al uso como otros barrios de Manhattan, así que si vais con el tiempo justo, o es vuestro primer, segundo o incluso tercer viaje a Nueva York, quizá no os mole mucho echar demasiado tiempo allí. 

Dicho esto, aunque LES (como también se llama al barrio por sus iniciales) no suele ser un barrio en el que hacer una ruta andando tal cual, mucha gente suele hacer visitas puntuales (y cotillear de paso los alrededores de puntos en concreto). Muchos de ellos están ligados a su pasado judío y es que el Lower East Side fue cobijo antaño para muchos inmigrantes de origen judío procedentes de Europa. Incluso llegó a ser una de las superficies más pobladas del planeta a finales del siglo 19. 

Otros de ellos, como por ejemplo el Katz’s, aunque también de origen judío, es más conocido por su faceta cinéfila o por sus sándwiches de pastrami. De todo ello os hablamos más adelante.

Mapa de los puntos principales del Lower East Side

Como siempre hacemos en nuestras rutas andando, aquí os dejamos el mapa de la ruta por Lower East Side. Así, podréis perderos, pero solo si os apetece.

Como todo depende de gustos, os hemos dejado marcados en este mapa los puntos que a nuestro parecer, son más reseñables del barrio. 

Nuestra ruta andando por Lower East Side

El día que fuimos a visitar el LES (Lower East Side) habíamos aprovechado antes para hacer unas cuantas fotos para la ruta por el Downtown de Manhattan  de nuestro libro de Nueva York

Al enlazar ambas zonas, nosotros comenzamos a visitar el Lower East Side por el sur del barrio. Llegamos caminando por la orilla del East River, bajo los puentes de Brooklyn y de Manhattan. Hay que decir que la zona estaba en obras, pero tiene pinta de que va a quedar chulísima. Incluso nos topamos con una especie de playa que estaba un poco sucia entonces, pero esperamos que con el buen tiempo, tenga mejor aspecto.

En nada llegamos al muelle 35 a unos columpios chulísimos, perfectos para pasar un rato tranquilo y lanzar unas cuantas fotos. Eso sí, nos tocó esperar un poco hasta conseguir un columpio libre, pero valió la pena. 

Si queréis seguir investigando en las entrañas del barrio, cercana a este punto se encuentra la Iglesia de San Agustín. Si algo la hace peculiar, es que en ella todavía pueden adivinarse un par de galerías que se utilizaban en la época de la esclavitud. Las mujeres y los niños, se quedaban en una de ellas, mientras que los hombres iban a otra. Incomprensible pero así era…

Si os apetece ver uno de los edificios más estrechos de Manhattan, entonces tenéis que ir a ver el Daniel Potkorony Building, junto a la sinagoga Bialystoker. ¡Eso sí que es aprovechar el espacio!

Tras la foto de rigor, nosotros pusimos marcha hacia el norte. De camino, pasando frente al cuartel de bomberos FDNY Engine 15/Ladder 18/Battalion 4,y en frente vimos una ambulancia antigua abandonada y nos pudo la curiosidad… Probamos a ver si la puerta estaba abierta y… ¡Sorpresa! 

Siguiendo con el paseo, a nuestra derecha quedó el inicio del puente de Williamsburg, que podéis cruzar andando para llegar a este barrio de Brooklyn. Sin duda os dará otra perspectiva de la ciudad.

Nosotros cambiamos el paseo por acudir a picar algo en el Essex Market. Está lleno de puestos de comida, tanto cocinada como sin cocinar. Tiene lugares de descanso en los que se puede comer y por supuesto, baños, detalle importante a tener en cuenta en una ruta por Lower East Side, al no ser tan turístico como el resto de barrios. Hay que decir que nos moló bastante y que a pesar de que no iríamos allí a propósito, si os pilla cerca puede estar bien para un descanso. 

A pesar de que en Essex Market vimos un puesto de The Pickle Guys, después fuimos a ver la tienda original. Nos habían comentado que era una institución en el mundo de los encurtidos en Nueva York y es que llevan abiertos allí desde 1910. Si os gustan estas cosas, animaos a probar algo más que los pepinillos. ¡Tienen un montón de productos!

Con la tripa llena, visitamos (por fuera, ya que estaba cerrada) la sinagoga de Eldridge St. Fue la primera en construirse en América, en 1887, por los judíos que emigraron de Europa del este y constituyó un centro de culto y reunión para ellos. Más tarde, la población del barrio cambió, los judíos fueron saliendo del mismo y la sinagoga fue descuidándose. En 1980 decidieron restaurarla y convertirla en lo que es hoy, museo y lugar de culto a la vez, y sigue utilizándose por los newyorkinos. 

Aprovechando que el Lower East Side tiene grafitis chulísimos en donde menos te lo esperas, fuimos a ver el que le habían dedicado a Kobe Bryant y a su hija, Gianna. Estuvo genial porque nos encontramos con el artista que lo pintó, Mark Paul Deren, con quien incluso nos hicimos una selfi. 

Después, caminamos junto a la sinagoga Kehila Kedosha, la única griega-judía del hemisferio oeste, y continuamos hacia el siguiente punto.  

Si recordáis, al principio del post os contábamos que el Lower East Side fue uno de los lugares más superpoblados del mundo en el siglo 19. Pues bien, una gran mayoría de todas esas familias, vivían en los Tenements, como se llamaba a las viviendas que habitaban, casi como sardinas en lata. 

Si tenéis curiosidad por saber cómo era la vida en estos edificios,  podéis acudir al Tenement Museum.  Se dice que hasta 7000 personas pasaron por el edificio del nº97 desde que lo construyeron en 1863 hasta los años 30. Y que más de 10.000 lo hicieron en el del número 103 en sus 127 años de historia. Allí se encuentran varios apartamentos entre los que se repartían familias mayoritariamente inmigrantes procedentes de Europa Y que conste que hasta la ley de la vivienda de 1901 no era obligatorio que estas tuvieran agua caliente o lavabos. ¿Podéis imaginaros lo difícil que debía resultar vivir allí?

Algunos de estos apartamentos, pueden visitarse a día de hoy, pero para ello, es necesario reservar un tour guiado a través de su página web. Allí veréis que entre otras cosas, también se pueden reservar experiencias animadas por actores caracterizados. Está abierto todos los días de la semana y los precios varían en función de lo que se visite: pero se sitúan alrededor de los 30$. Si queréis hacer alguna de estas cosas, reservad con antelación, ya que tiene plazas limitadas. 

La siguiente parada es NO apta para golosos. Se hace raro ver una tienda de caramelos a granel en Manhattan, ¿no? Pues en Lower East Side, es posible. Se llama Economy Candy, y Gosi y yo, acabamos picando.  

 Según a qué hora visitéis el barrio, quizá os apetezca hacer una parada en un bar clandestino. Aquí se encuentra uno de los más chulos, The Back Room. Es uno de los dos de Nueva York que siguen abiertos tras la época de la Ley Seca. Para reconocerlo, buscad el cartel de “The lower east side Toy Company”, caminad por el callejón y adelante. No os extrañe tomar las bebidas en una taza de café, es un lugar muy auténtico. Está claro que tenemos que incluir este speakeasy en nuestra lista de bares clandestinos de Nueva York. 

Tras esta parada, nos fuimos a ver otro punto que nos resultó de lo más curioso. Es la fundación Angel Orensanz, un oscense de nacimiento cuya obra triunfa en EE.UU. Tiene su sede en esta antigua sinagoga, que hoy en día se utiliza como lugar de celebración de eventos privados para organizaciones sin ánimo de lucro, actuaciones, conciertos y demás actividades… En el terreno televisivo, puede que os suene porque aquí se casaron Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick en 1997.

Sin moveros del sitio, mirad arriba… Yo no sé vosotros, pero si no me avisan, me lo pierdo. Y es que, ¿quién se espera ver a Lenin en pleno Manhattan? No siempre ha estado ahí, fue trasladado de la azotea de un edificio casi adyacente, en Houston st, a este junto a la fundación Ángel Orensanz. 

Si habéis resistido el hambre hasta ahora, es el momento de elegir: ¿sándwich de pastrami o bagel de queso con salmón? No es que sea lo único ni mucho menos, pero estos son dos de los platos típicos de los lugares más famosos de la zona para comer algo. El primero se sirve en un deli, y el segundo, en un appetizer. La diferencia entre la manera de llamar a estos restaurantes, reside en el origen judío de ambos. ¿Queréis saber por qué?

Resulta que según las normas de alimentación judía, no se puede mezclar la carne con productos lácteos, a la hora de cocinar, ni de comer… Esto hizo que antaño se formasen dos tipos de negocios según el producto que vendían. Mientras que en los “delis” se podía encontrar productos cárnicos, en los “appetizers” se encontraban pescado y productos lácteos, como el queso. Esta diferencia todavía perdura en el Katz’s y en el Russ & Daughters.

Mientras que el Katz’s es el típico restaurante que suele tener fila en la puerta para hacerse con un sitio, Russ & Daughters suele ser más tranquilo. Esto es porque el primero, entre otras cosas, saltó a la fama por aparecer en la escena de la película “Cuando Harry encontró a Sally” cuando la protagonista fingía un orgasmo, ¿Recordáis? Si queréis recrear la escena, un cartel colgado del techo os dirá dónde sentaros. 

Si queréis, podéis leer una review del Katz’s más extensa por aquí. ¿Un adelanto? Bueno, a Gosi no le moló mucho. A mi me parece que está rico, pero que no es para tanto y que además el precio es un poco alto, pero os dejamos todos los detalles en el post. 

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Si queréis otra opción, un bagel de queso crema o incluso añadirle algo tipo salmón ahumado o similar, junto al Katz’s se encuentra el Russ & Daughters, uno de los primeros negocios en llevar en el nombre a las mujeres de la familia. Hay dos locales cercanos entre sí. En el de Houston st no hay sitio para sentarse, sino que se pide la comida para llevar. Sin embargo, en el de la calle Orchard hay opciones de sentarse a disfrutarla y hacer un buen brunch. También sirven bagels y demás en un pequeño puesto del museo judío de la milla de los museos.

Ya no hay excusa para no apurar la ruta por el Lower East Side un poquito más, no? Pues ahora nos vamos de grafitis. En Lower East Side encontraréis varios y muy chulos, así que ¡atentos! Ahora nos centramos en un par de uno de nuestros grafiteros favoritos, Kobra

El primero que fuimos a ver fue el de Stop Guns. Suerte que está en alto y no es fácil de estropear, porque al siguiente, 27 club, junto al parque Sara D. Roosevelt, lo habían dejado hecho polvo la última vez que lo visitamos.

Si las piernas todavía os piden marcha, ¿por qué no continuar con nuestra ruta por Nolita? Podéis enlazarla en el punto en el que hablamos del callejón Freeman, simplemente cruzando el parque. 

Bueno Molaviaje@s, esperamos que esta ruta por el Lower East Side os haya gustado y también servido para haceros una idea de qué vais a poder visitar en el barrio. Como ya dijimos arriba, no es de lo más turístico, pero también tiene su encanto. 

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