Miradores de la Ribeira Sacra

3 grandes miradores Gallegos

Se cumple un año desde que volví de mi viaje por la Ribeira Sacra y no puedo contener la emoción al pensar en esas vistas desde lo miradores de este tremendo lugar. Yo que soy gallego nunca me había lanzado a descubrir una de nuestras joyas, la Ribeira Sacra  y me averguenzo por ello, pero bueno más vale tarde que nunca 😉
Pasé la noche junto a 4 amigos en el Parador de Santo Estevo y tocaba  subirse al coche y empezar a recorrer las carreteras montañosas de la Ribeira Sacra. Erán horas y horas en la carretera pero parando cada poco para fascinarse con las vistas que nos regalaba esta zona gallega.
Primera parada el mirador de cabezoas o vilouxe. Vengas de donde vengas observar la ribera del río Sil desde este mirador te sorprenderá.


Seguiamos recorriendo en coche estas montañas y como consejos disfrutar del paisaje conduciendo despacio y con cabeza ya que estas montañas están llenas de curvas y carrereras malas que cualquier despiste puede hacer que tengas un accidente #slowdriving. Así que disfruta del momento miradores con tus amigos, sin prisas, musica, risas…
Seguimos nuestra ruta por miradores y llegamos a los que para mi son las vistas más increibles, los balcones de Madrid que son llamados así porque era donde despedían los familiares a los trabajadores que se marchaban a trabajar fuera de Galicia, sobretodo iban a Madrid.
En las imagenes nunca se podrá apreciar lo increíble que es este lugar pero os podéis hacer una idea.


y para acabar el tercer mirador que mas nos fascinó, el de la Bodega Avadía de Cobá. Posiblemente no existan vistas mejores para tomarse un vino que desde esta bodega de abadía de Cova.

El que conducía no le dejamos tomar vino claro porque lo dicho lo importante en estos viajes es difrutar de los amigos, del trayecto y porsupuesto de estas increíbles vistas que nos dejan los miradores de Galicia.

MolaViajar

Adrian Rodriguez: Diseñador Gráfico que tras varios años viajando por el mundo me di cuenta que a lo que me quería dedicar era a grabar, fotografiar y contar esas aventuras.